
Somnoliento como estaba, por un instante pensé que había dicho que Michael Jordan se había muerto. En un segundo rectifiqué, y aunque la noticia me sacó del sueño inmediatamente, en realidad no me sorprendió tanto; creo que de cierta manera ya se veía venir por las recientes noticias acerca de su frágil estado de salud, la posposición de sus 4 primeros conciertos en Londres (lo cual parecía indicar que Jackson no estaba preparado para la larguísima temporada de 50 conciertos que venían por delante) y, en general, porque Michael Jackson ya parecía una especie de muerto viviente desde hace años.
Al principio no sabía qué pensar; sin duda este tipo de noticias son impactantes, pero Michael Jackson era para mi solo un loco violador de niños que de vez en cuando hacía alguna cosa extravagante, generando gran revuelo en todos los noticieros, y luego volvía a desaparecer hasta su siguiente locura.
Mientras veía las noticias en la televisión, me llamó mi hermano para decirme que ya dejara de llorar... jejeje, buen chiste. Luego mi hermana me mandó un mensaje al celular para decirme que Michael Jackson había muerto y que era en serio –cosa que yo ya sabía en ese momento. Justo cuando estaba leyendo el mensaje, mi papá me marcó para avisarme sobre la noticia. Fue tan raro que se comunicaran conmigo para avisarme sobre el suceso. Por un momento me pareció como si estuvieran dándome las condolencias. Fue entonces que recordé algo que ya había olvidado hace mucho tiempo: Michael Jackson era mi ídolo –junto al otro MJ, Michael Jordan- allá por principios de los 90’s.
Conocí la música de Michael Jackson a través de su álbum “Dangerous” de 1991, cuando yo tenía 11 años. Ese fue uno de los primeros CDs que compré y lo escuché durante meses y meses. Los videos estaban muy chidos, con efectos especiales que eran sorprendentes en ese tiempo, como las personas que cambian de cara al final de “Black or white” o cuando Michael Jackson surge de la arena en “Remember the time” . Y qué decir de “Jam”, donde salía echándose una cascarita con el gran Jordan.
Luego vinieron años en los que la credibilidad de Michael Jackson comenzaba a caerse: las (primeras) acusaciones de abuso sexual a un menor –a quien se le pagaron $22 millones de dólares para que retirara los cargos- y su extraño matrimonio con la hija de Elvis Presley. En 1995 lanzó “HIStory”, un álbum doble con sus éxitos en un disco y nuevas canciones en el otro. En lo personal, otro disco que disfruté mucho, por un lado gracias a las nuevas canciones (“History” y “Scream” entre mis preferidas) pero también por los viejos éxitos que no conocía tan bien y que tuve la oportunidad de disfrutar en ese tiempo (“Billy Jean”, “Bad”, “Thriller”, y un largo etcétera). A pesar de lo rarito que era ya por ese tiempo, no se puede negar que era un gran espectáculo ver bailar y cantar a Michael Jackson en sus videos y en sus presentaciones.
A pesar de que HIStory fue un éxito, Michael Jackson continuó cayendo y cayendo, mostrándose cada vez más lunático: los hijos que tuvo con la enfermera, el otro hijo de probeta, sus múltiples cirugías estéticas de pesadilla, el bebé colgando del balcón en Alemania, y otro juicio por abuso sexual de menores. En 2003 salió el documental Living with Michael Jackson, el cual mostró a un Michael Jackson excéntrico, totalmente fuera de la realidad, que se creía Peter Pan y en el que además aceptaba que se llevaba niños a dormir con él y que no tenía nada de malo. Ya por ese entonces mi afición por Michael Jackson se había borrado casi por completo.
En mi vida han habido pocas personas a las que he admirado con la suficiente fuerza como para considerarlos mis ídolos, y Michael Jackson, a pesar de mi posterior desencanto, fue uno de esos pocos. Por eso decidí escribir esto, porque la música de Michael Jackson fue importante para mi en mi adolescencia y porque en medio de esta crisis pre-30s, en la que volteo a ver cada vez con más nostalgia mis años de juventud, la muerte de Michael Jackson significa para mi, en parte, el fin de una era.
Además, siento que la forma en que murió es bastante triste: apenas a los 50 años, pero notoriamente cansado, con la cara desfigurada de tantas cirugías, haciendo el último esfuerzo por regresar y volver a ganarse la popularidad y la grandeza que a pulso perdió en los últimos años, y así nomás, de un paro cardíaco, dejó este mundo sin haber tenido la oportunidad de volver a brillar.
Michael Jackson es el primer gran icono de nuestra generación en irse, y creo que es por eso que la noticia nos sorprende tanto y nos hace sentir nostálgicos. Hoy nos hicimos un poco más viejos.
Les dejo algunas de mis canciones preferidas de Michael Jackson. Creo que “Who is it” del álbum Dangerous es la que elegiría como mi número uno. Se que no es su mejor canción, pero en aquél tiempo era la que más me gustaba y me trae muy buenos recuerdos.
Me voy, no sin antes decir el predecible... “Michael, I love you!”
2 comentarios:
"Michael, I love
you?"
No mames Rafa, yo admiré tanto o más que tú al
Señor Jackson, pero I love you? Ora si te la bañaste. De
verdad me pusiste a pensar en que tal vez fuiste alguno de
los niños que durmió con él jeje.
Sin duda una patética vida la de este icono (porque
es sin acento pa que no empieces a jorobar eh?), pero pues
al Señor Michael, por desgracia se lo cargó el
PaJackson...
Mis saludos afectuosos como siempre para ti
dude.
P.d. No vayas a salir como el compa que fue al Angel
> de la Independencia en el DF y dijo: "es que era como
> un amigooooooooo". Ay no m... señor!!!!
"Yo admiré tanto o más que tú al
Señor Jackson"... lo bueno es que el que se la baña soy yo.
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